Durante la actual pandemia de coronavirus, las empresas de todo el mundo han tenido que adaptarse de múltiples maneras, ya que los servicios en persona y los espacios de oficina se han visto interrumpidos. Algunas empresas no han encontrado la forma de adaptarse y han permanecido cerradas, mientras que otras han podido cambiar sobre la marcha y seguir funcionando. El trabajo a distancia se ha [...]
Pero, ¿qué significa todo esto para el futuro? En un mundo post-pandémico, ¿habrá que disponer indefinidamente de infraestructuras de trabajo a distancia para prepararse para la propagación de futuras enfermedades? ¿Se quedarán algunos trabajadores a distancia?
Echemos un vistazo al futuro del trabajo a distancia.
Como ya se ha dicho, algunas empresas estaban mucho más preparadas que otras para adaptarse al trabajo a distancia. A muchas empresas tecnológicas que ya contaban con un número significativo de trabajadores remotos y políticas de trabajo desde casa les ha resultado fácil pasar al trabajo remoto con equipos de oficina. Sin embargo, industrias como la manufacturera, donde el trabajo en persona es esencial, no han podido adoptar el mismo enfoque. Muchos han tenido que adaptar las operaciones in situ para cumplir las directrices de distanciamiento social. Además, muchos otros factores como el acceso a ordenadores en casa, el dominio de la tecnología por parte de los empleados, la cultura de la empresa y los riesgos de seguridad no abordados para los trabajadores remotos han impedido que algunas empresas se adapten plenamente, independientemente del sector.
Hay algunos industrias donde cultivar el trabajo a distancia en nuestro mundo recién transformado puede ser la clave de la supervivencia y el crecimiento. Las instituciones educativas han tenido que adaptarse rápidamente al aprendizaje y el trabajo en línea. Muchas universidades han cambiado a los cursos en línea para sus semestres actuales, y algunas pueden estar avanzando hacia hacer lo mismo en el otoño de 2020. Con posibles brotes futuros tras la situación actual, es muy posible que el trabajo y el aprendizaje a distancia se conviertan en una nueva norma, al menos parte del tiempo, para las universidades.
La sanidad es otro sector en el que la adaptación a distancia ha sido esencial para algunos. Para los profesionales sanitarios considerados no esenciales durante la pandemia, la telesalud se ha convertido en un salvavidas para una parte de su base de pacientes que, de otro modo, sería inaccesible. Terapeutas, médicos de atención primaria, dentistas y otros han puesto en marcha opciones de atención a distancia para seguir tratando y asesorando a los pacientes. Si en el futuro se siguen produciendo cambios en la propagación de la enfermedad, ésta puede ser la clave para hacer posible la atención no urgente.
Como ya se ha dicho, el acceso es un elemento clave para que el trabajo a distancia sea sistemáticamente posible. Muchos empleados no disponen actualmente del equipo necesario para trabajar desde casa. Es posible que tampoco tengan la formación o la familiaridad necesarias para trabajar a distancia de forma eficiente. Las empresas que se esfuerzan por resolver estas disparidades pueden hacer que el trabajo a distancia sea accesible a más empleados.
Además, el propio trabajo a distancia es accesible a distintos niveles para diferentes grupos de personas en función de su sector. Mientras que los trabajadores del sector de la información tienen muchas más probabilidades de poder trabajar a distancia, los del sector servicios lo tienen mucho más difícil, dadas las estructuras de las obligaciones laborales. Las disparidades macrosociales también influyen en quién tiene acceso al trabajo a distancia. Si añadimos sólo los niveles de estudios y la clase social, las disparidades en los datos aumentan aún más. Muchos trabajadores con un título universitario o superior tienen la opción de trabajar desde casa. Los que tienen un nivel educativo inferior tienen esta opción en un porcentaje mucho menor. Los empleos de cuello blanco con salarios más altos también tienden a inclinarse hacia la accesibilidad remota. Los empleadores con salarios altos suelen ser más propensos a ofrecer equipos y formación para hacerlo posible.
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